lunes, 31 de diciembre de 2012

2012.

Estos dos últimos días estuve pensando, y reflexionando sobre varias cosas. Bueno, la verdad no es algo que no hiciera antes, ya que soy una persona que siempre piensa mucho en todo aquello que le rodea, y le da importancia a cualquier mínimo detalle, sea bueno o malo. Pero quedan horas para que se acabe este año, y te paras a pensar como has llegado hasta aquí. Parece mentira, ¿no? Ya ha pasado un año, quien lo iba a decir. 
¿Es triste, verdad? Eso de dejar atrás momentos, personas... y empezar un año de cero y rectificar los errores del pasado y hacer que lo bueno de este año que se acaba sea lo peor del año que empieza, o por lo menos, eso es lo que pretendemos hacer todos, pasar página. 
Un año más o lo que es lo mismo un año menos... cada uno lo mirará como quiera. 
Estuve pensando en muchas cosas que pasaron y cambiaron mi vida, y la forma en la que han influido en mí. En general de una forma positiva, por lo menos eso es lo que creo yo, pero sobretodo me han echo abrir los ojos hacia el mundo.
Este año me he equivocado y me he caído muchas veces, he cometido el mismo error una y otra vez, y a decir verdad, creo que lo seguiré cometiendo. He llorado por quien no debía noche tras noche, y al día siguiente salía a la calle aparentando que todo estaba bien, manteniendo la sonrisa y mis problemas escondidos porque todos pensarían que no son nada. He reído con falsas amistades y ahora sé que no me puedo fiar ni de mi propia sombra. Es duro decirlo, pero los momentos malos han sido los que me han hecho ver a quien le importaba realmente. He perdonado mucho, sin olvidar, y he desconocido a quien creía conocer. He callado te quieros por miedo o por inseguridad y he regalado te quieros simplemente por cumplir. Ha habido días que me he despertado con ganas de comerme el mundo y otras que parece que el mundo me comía a mí. He salido sin ganas de fiesta y he vuelto con los zapatos rotos de tanto bailar y al día siguiente no me acordaba ni de mi nombre. He sido una niñata inmadura con quien no debía serlo, o mejor dicho, con quien no merecía serlo. He abrazado a la persona que pensé que nunca me haría daño y me he dado cuenta de que esa persona no se merecía ni el roce de mi piel; a la vez que me he quedado con ganas de un abrazo de esa persona que si merecía la pena, o eso creía yo. He esperado mucho de alguna que otra persona, y luego me he llevado un palo enorme. Pero también, he disfrutado de pequeños detalles, que son los que hacen que algo realmente no muera y te hacen sentir más vivo día tras día. Te das cuenta, que la vida se trata de pequeños instantes que vas recogiendo, que simplemente te tienes que dejar llevar por el momento, dejarte la piel por lo que realmente merece la pena.
De algo que me he dado cuenta es que todo es pasajero; el café se enfría, el humo se disipa, el tiempo pasa, el vodka se termina., la gente cambia y las amistades se rompen. Gente que te promete un "para siempre" y ese "para siempre" no dura ni dos días.
Sé que todavía me queda mucho por aprender, y mucho por vivir, pero la experiencia me dice que las cosas que sé hasta ahora solo pueden aprenderse y comprenderse de un mismo modo; viviéndolas. Algunas se sufren, otras se disfrutan, pero siempre tienen algo que enseñarte. Son pequeños obstáculos que superar, pequeñas lecciones de las cuales hay que atender, para evitar volver a caer en ellas.
¿Me arrepiento de algo que he hecho este año? Puede, pero si hice lo que hice en un momento concreto sería por algo. Si, puede que me haya salido mal, pero tendré que afrontar todo con una sonrisa y aprender que la vida son dos días y no merece la pena llevarse uno y medio sufriendo por problemas; pero me arrepiento más de todo lo que no he hecho simplemente por el que dirán o por miedo.
Quizás no fue el mejor año, pero existieron personas, momentos y días inolvidables; guardaré los mejores, olvidaré los peores.
Con el 2013 vendrán nuevos comienzos, nuevos sueños, nuevas esperanzas y con ellas nuevas desilusiones. Veremos lo que nos depara. 













martes, 11 de diciembre de 2012

Si no me tragas ahógate.

Vale si… quizá sea un poco infantil, siga viendo los dibujos animados, me guste sentarme y ver pasar el tiempo, reírme, jugar, gritar, llorar… mientras escucho aquellas viejas canciones que cuentan mi vida paso por paso y hacen que me rompa en pedazos. 
No soy “responsable” ni mucho menos, lo pierdo todo. Me paso horas buscando el mando y luego lo tengo en la mano; al igual que la goma, que siempre la tengo debajo de mis piernas. 
Tengo faltas de ortografía a millón y siempre le echo la culpa a otro. Si pierdo no ha terminado el juego, si termina me pico y fin. Siempre quiero el ultimo trozo de galletas, o el ultimo caramelo; y siempre chupo el cuchillo de la nocilla.
Si lo tengo todo me quejo porque no tengo donde guardarlo y lo dejo en el suelo. Si me faltan también me quejo e intento demostrar que si que cabe.
Me pierdo entre mis sueños, siempre pienso en el "Y si...", y al final acabo dándome un cabezazo contra la puta realidad. 
Tal vez no sea perfecta, en realidad nadie lo es, tan solo soy una más, del montón, una más del fondo de esa caja llena de polvo que la gente deja olvidada en un rincón y no la abre pasados veinte años. Pero así soy y si no te gusta lo siento pero no pienso cambiar. No puedo caer bien a todo el mundo, tampoco lo pretendo.
O te conformas con lo que soy o tendrás que vivir sin mi,elijas lo que elijas yo no dejare de sonreír.

viernes, 7 de diciembre de 2012

¿Madurar? Eso es de frutas.

Me gustaría volver a ser pequeña, donde nada importa y donde no existen los problemas. Donde todo era una aventura, donde nadie te juzgaba por las apariencias, solo se acercaba y os tratabais como si os conocierais de siempre. Nos poníamos contentos sin motivo, siempre estábamos ocupados con algo olvidando todo lo demás y conseguíamos, costase lo que costase, aquello que deseábamos.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Cada vez me importas menos o eso digo cuando bebo.

Salir de copas. Emborracharme. Beber hasta olvidar. No parar de reír. Y de repente llorar. Sonreír a la gente con la mirada mojada. Reírme de lo mal que me fue hasta ese momento. Sentarme en el suelo con la botella en la mano. Suspirar. Y llorar al mismo tiempo. Intentar buscar una solución para olvidar, obviamente inexistente, y concienciada de que al llegar a casa al día siguiente absolutamente todo seguirá igual, segura de que al llegar sabré que todo ha sido un paréntesis en mis pensamientos.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Nunca es tarde para empezar... a ser felices.

"Conserva lo que tienes, olvida lo que te duele. Lucha por lo que quieres. Valora lo que posees, perdona a los que te hieren y disfruta de los que te aman. Nos pasamos la vida esperando que pase algo... y lo único que pasa es la vida. No entendemos el valor de los momentos, hasta que se han convertido en recuerdos. Por eso, haz lo quieras hacer, antes de que se convierta en lo que te "gustaría" haber hecho. No hagas de tu vida un borrador, tal vez no tengas tiempo de pasarlo a limpio. Nunca es tarde para empezar... a ser felices."

                                                                                           Bob Marley.

sábado, 20 de octubre de 2012

Just ride.

"Me encontraba en el invierno de mi vida, y los hombres a quienes conocí en el camino fueron mi único verano. Por las noches, caía dormida con una imagen de mi misma bailando y riendo y llorando con ellos. Tres días antes de embarcarme en una gira mundial, y mis recuerdos de ellos fueron las únicas cosas que me sostuvieron, y mis únicos y verdaderos momentos felices. Era una cantante, no una popular, que una vez soñó con convertirse en una hermosa poetisa, pero que en una serie de eventos lamentables vio esos sueños venirse abajo y dividirse como un millón de estrellas en el cielo nocturno ante el cual solía soñar una y otra y otra vez, rozagante y triste. Pero, no me importó tanto puesto que sabía que se necesita conseguir todo lo que siempre quisiste y luego perderlo para saber que es la verdadera libertad. Cuando las personas a quienes conocía descubrieron qué había estado haciendo, cómo había estado viviendo, me preguntaron por qué. Pero es inútil hablarles a personas que tienen un hogar, ellos no tienen idea de lo que es buscar seguridad en otras personas, por un hogar donde sea poder recostar tu cabeza. Siempre fui una chica rara, mi madre me decía que tenía alma de camaleón. Ninguna brújula de moralidad señalándome cual era el norte, ninguna personalidad estable. Solo una indecisión interior que era tan grande y tan vacilante como el océano. Y si dijera que no fue mi intención que todo se tornara de esta manera, estaría mintiendo, porque nací para ser la otra mujer. Yo no le pertenecía a nadie, que le perteneciera a todo mundo, que no tuviera nada. Lo quería todo con el ardor de cada pequeña experiencia y una obsesión de libertad que me aterrorizaba al punto de que no podía hablar al respecto, y que mi impulsó a un punto nómada de locura que me deslumbraba y me mareaba". (...) "Todas las noches, solía rezar por que encontrara a mi gente, y finalmente lo hice, en la carretera abierta. No tenemos nada que perder, nada que ganar, nada que deseáramos más, excepto hacer de nuestras vidas una obra de arte.VIVE RÁPIDO. MUERE JOVEN. SE SALVAJE. Y DIVIÉRTETE. Creo en el pueblo de América que solía ser, creo en la persona en la que me quiero convertir, creo en la libertad de la carretera abierta. Y mi lema es el mismo de siempre: "Creo en la bondad de los extraños. Y cuando estoy en guerra conmigo misma, conduzco. Sólo conduzco. ¿Quién eres tú? ¿Estás en contacto con todas tus oscuras fantasías? ¿Has creado una vida para ti misma donde eres libre para experimentarlas? Yo lo he hecho. ESTOY JODIDAMENTE LOCA. PERO SOY LIBRE".

lunes, 15 de octubre de 2012

National anthem.

"Y recuerdo cuando lo conocí, era tan claro que él era el único para mí. Ambos lo supimos, desde el primer momento. Y con el paso de los años, las cosas se fueron poniendo más difíciles, nos enfrentamos a nuevos desafíos. Le rogué que se quedara. Intento recordar lo que tuvimos al principio. El era carismático, magnético, eléctrico, todo mundo lo sabía. Cada vez que entraba a un lugar, las cabezas de las mujeres volteaban. Todo el mundo hacia una pausa en su caminata para hablar con él. Era como este híbrido; esta mezcla de hombre que no podía contenerse a si mismo. Siempre tuve la sensación de que se convirtió en alguien doblegado, entre la idea de ser una buena persona y dejar de lado todas las oportunidades que la vida podría ofrecerle a un hombre tan magnífico como él. Y de esa manera... yo lo entendí. Y lo amé... lo amé, lo amé, lo amé. Y todavía lo amo. Lo amo."  

viernes, 12 de octubre de 2012

Ni miedo, ni gritos, ni lágrimas.

Que el llorar sirve de poco, y el gritar para quedarte afónica. El reír sirve para arrugarte, y el soñar para flipar. El comer para engordar y el beber solo para olvidar. Las fotos están para no verlas, y los recuerdos para hacer daño. Las canciones para cantar y el cantar para que llueva. La lluvia para encerrarte y para encerrarte mucha paciencia, la paciencia para el estudio y del estudio para llegar a lo más alto... ¿Y de allí? a lo más bajo. Jamás, y te lo digo ya, que jamás tendrás lo que quieres, porque si lo quieres es porque no lo tienes, y si no lo tienes es porque ya lo has tenido. Porque si lo has tenido, te importaba y si te importaba lo has perdido, porque lo dices en pasado, y escuchadme bien, porque digan lo que digan, el pasado nunca vuelve y si lo hace será para darte un portazo en la cara.

martes, 2 de octubre de 2012

¿Cuántas veces has escrito algo y lo has borrado? 
¿Cuántas veces te has tragado lo que tenías que decir?
¿Cuántas veces has dicho que querías estar solo cuando lo que necesitabas era que alguien se acercará a darte un abrazo?
¿Cuántas veces has dicho que estabas bien esperando que alguien se diera cuenta de que no lo estabas?
¿Cuántas veces has dicho que no te pasaba nada cuando sentías que te pasaban mil cosas y no las sabias ni tu?

martes, 25 de septiembre de 2012

Sentir que no aguantas más, pero aún así sigues intentando mantener el control, mantener la sonrisa, mantener los problemas escondidos por qué todos dirán que no son nada.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Capitulo 5: ''Pensamientos''.


- Estamos hablando de 240.000$ al año, con posibilidad de mejora de contrato y Alice... Alice, Alice así que Alice y creemos que Alice es la mejor opción.
- Desde luego que es la mejor opción.
     
    En esos momentos lo único que existía para Daniel en su vocabulario era el nombre de Alice.
- ¿Disculpe?
- Si, si, perdón, es que todavía estoy un poco nervioso.
     
      Daniel sobresaltado, se dio cuenta de que casi echaba a perder su única oportunidad por pensar en ella, esa chica se metía constantemente en su cabeza, eran sus únicos pensamientos.

- Su amigo Michael me ha hablado mucho de usted…
- No le haga caso a ese sinvergüenza –bromeo Daniel interrumpiendo.
- Disculpe caballero, pero en este trabajo exigimos la máxima seriedad.
- Perdóname digo, perdón. No me lo tenga en cuenta, es mi primera entrevista en NY y todavía no puedo creer que me estés, perdón, este dando esta oportunidad –se disculpó Daniel.
- Lo que le estaba diciendo era que su amigo Michael me ha hablado muy bien de usted, y tratándose de su amigo, se que si lo hace es por algo.
-  Sería todo un honor para mí poder trabajar con usted. 
- ¿No tiene experiencia en este tipo de trabajo, verdad? ¿Cree usted que esta capacitado para asumir este riesgo?
- No, no he tenido la suerte, hasta ahora. Pero que mejor que empezar desde esta empresa. Aprendo rápido y en cuanto a riesgo, me gustan los retos.
- Mmm… me gusta, me gusta.

Daniel cruzaba los dedos, el que podría ser su futuro jefe parecía estar pensativo, y entonces…

- No se hable más, el trabajo es suyo.
     Daniel no podía creérselo, solo llevaba un día en New York y ya tenía trabajo en una de las mejores y más conocidas empresas de la ciudad.

- Solo me queda darle las gracias por esta oportunidad. No sabe lo agradecido que estoy.
- Hay muchos jóvenes como tu, igual o mejor cualificados, dispuestos a matar por su trabajo. Considérelo un desafío.
- No se arrepentirá.
- Eso espero hijo. He puesto toda mi confianza en usted.

Daniel no sabía si sonreír o no hacerlo, pero mantuvo la compostura.

     Salio del despacho feliz y satisfecho y todavía quedaba lo mejor... verla otra vez.
     
     Dime con quien andas y te diré quien eres. Créeme que si me conocieras ni te lo imaginarias.
     
     Daniel salió del edificio y vio a Alice hablando por el móvil.
- Si, tú intenta coger el mejor plano ¿ok? Ahora te tengo que dejar, ya hablamos –Alice colgó rápidamente el teléfono.

Se dirigió rápidamente hacia Daniel y esbozo una sonrisa, de esas que te dejan sin respiración.
- Eyy, ¡¡¿que tal a ido??!! –preguntó Alice.
- ¿He interrumpido algo?
- No, tranquilo, era solo una amiga, ya sabes, por cualquier tontería te llaman –contesto Alice algo nerviosa.
- Chicas…
- Pero nada más importante que saber como le ha ido a mi chico.
- Bueno, esta claro que no iban a perder la oportunidad de tenerme en su empresa. Han visto mi talento desde lejos y la verdad que...

Daniel se vio interrumpido al ver que su nuevo jefe salía del edificio.
- No me falles hijo, no me falles - le dijo con una sonrisa.
- No señor, por supuesto que no le fallare –contestó Daniel con tono serio.
Entonces su jefe le guiño un ojo y se monto en su Audi A8 de alta gama.

     Daniel se imagino en ese mismo coche, incluso se imagino siendo el jefe. Trabajar en esa empresa era todo un orgullo para el.

- Pelota –dijo Alice entre risas.
- Eee... tiene que haber siempre una relación de respeto entre jefe y trabajador -contestó Daniel.
- Bueno, pues, ¡felicidades supertalentoso! Esta claro que no podían dejarte escapar -le dijo Alice en tono irónico, pero con una sonrisa en la boca.
Los  dos rieron, había una tensión entre ellos.
- Ya, ya, ya… bueno, tú tendrás cosas que hacer, ¿no? No te entretengo más.
- Todo lo contrario. Tengo todo el tiempo del mundo para ti.
- Ya te has tomado muchas molestias conmigo, no hace falta, de verás.
- No seas cabezota –contestó Alice.- Vayamos a tomar algo ¿te apetece? -le dijo Alice tirándole la americana a la cara.

¿A tomar algo? Ahora mismo se iría al fin del mundo con ella.

- Claro que me apetece.
- Y así nos conocemos un poco más, ¿no crees?
- Si me sigues mirando así y sonriéndome de esa manera vas a acabar conmigo.
- ¿Qué tal así? –dijo Alice mirando a Daniel fijamente.
- Lo que yo decía. 

     Alice iba a pedir un taxi cuando Daniel la interrumpió y dijo:
- Perdona, siempre he querido hacer esto… ¡¡¡TAAAAAAAXI!!!

miércoles, 5 de septiembre de 2012

— ¿Ya murió? ¿Y de qué?
— No supe de qué. Tal vez de tristeza. Suspiraba mucho. 
— Eso es malo. Cada suspiro es como un sorbo de vida del que uno se deshace.

domingo, 2 de septiembre de 2012

- ¿Eres perfecto? + No, soy humano.

HABLAMOS para comunicarnos, desahogarnos o simplemente hacer felices a los demás. REÍMOS porque algo nos hace gracia, por aguantar la situación, por no quedar mal y quizás incluso por no llorar. SOÑAMOS lo inalcanzable o quizás lo más sencillo, porque todos queremos un futuro hecho a nuestra medida, a veces todo va bien, otras no podemos conseguir lo deseado, y en las peores veces nos equivocamos de sueño y al rectificar jodemos a los que nos rodean, también compartimos sueños y a veces se rompen. EXISTIMOS porque alguien lo quiso así y debemos seguir nuestro camino y no dejar que nadie nos impida vivir. LLORAMOS por decepciones, por desilusiones, por errores nuestros y de los demás, lloramos porque algo fue demasiado fuerte y no pudimos aguantar el dolor, lloramos por incredulidad, por recuerdos, malos, buenos, perfectos, por cosas que sabes que no se van a repetir, o que si se repiten, nunca serán iguales, pero la manera más bonita y la menos común por la que lloramos es por felicidad. Además SOMOS IDIOTAS, cometemos errores, apartamos a quien no conocemos, odiamos a quien no nos convendría odiar, queremos a quien más daño nos hace, pasamos de quien más nos quiere y confiamos ciegamente en quien queremos. 
Y es que así somos, seres humanos, cada uno diferente, pero en el fondo todos muy iguales, aparentemente sencillos, pero realmente muy complejos.

sábado, 25 de agosto de 2012

¡Un aplauso!

Por el que camina, aún descalzo. Por el que sonríe, aunque todo sean lágrimas. Por el que ríe, sin razones. Por el que mira, aun teniendo la vista cansada. Por el que ayuda, sin haber sido ayudado. Por el que perdona, sin olvidar.  Por el que lucha, sin tener ninguna meta. Por el que sueña, aun estando despierto. Por el que salta, sin tener fuerzas. Por el que lo da todo, sin recibir nada. 
¡Un aplauso! Por el que vive, a pesar de todo.

jueves, 23 de agosto de 2012

Capitulo 4: ''Emociones fuertes''.

     Tantas preguntas que hacer, tantas cosas que decir y lo primero que le dice a esa chica es, si se va a subir al metro en el metro. Suena estúpido si, muy estúpido.

- ¿Y ahora donde me meto?... ¿Cómo he podido preguntarle eso?... ¡Soy un imbécil! -eso es lo único que Daniel pensaba.
     
     La cabeza de Daniel maquinaba a mil por hora, pero delante solo estaba ella con una sonrisa esplendida. 

A Daniel se le paró el mundo cuando se dio cuenta de que iba a responderle.
- Pues de momento por aquí no navegan barcos, así que creo que si. Si, cogeré el metro.
La chica se río y Daniel sonrió también.
- Lo siento. Vaya pregunta mas tonta -se excusó.
- No pasa nada -dijo riendo-. Me llamo Alice.

Daniel se quedo callado. No escuchaba, solo miraba la boca de esa chica. Había algo extraño entre ellos dos. 

- ¿Te ha comido la lengua el gato? Yo me llamo Alice, ¿y tú?
- Daniel, yo me llamo Daniel, si Daniel. Bueno, Dan, mis amigos me llaman Dan.

Estaba nervioso, pero ¿por qué? Si el siempre había sido un completo ligón.
Extendió la mano para dársela, pero le dio la impresión de que el hombre que tenia a un lado suyo con una gran cámara filmadora les estaba enfocando a los dos. Pensaba girarse a mirar mejor después de darle la mano a Alice, pero ella le cogió fuerte la mano y lo tiro hacia ella plantándole un beso en cada mejilla y haciendo que se olvidase de todo. 

- ¿Y yo ya puedo llamarte Dan?
- Tú puedes llamarme como quieras.
En fin, así son los hombres, que con un beso se les puede someter.

- Seria un honor para mí –dijo Alice sonriendo-. ¿Soy la primera persona, nada mas conocernos, con ese privilegio?

Daniel estaba en otro mundo, otro mundo en el que solo se podía imaginar con esa chica.

- Daniel eh, ¿estas bien? Te noto un poco pálido.
- ¿Perdón? ¿Me decías algo? Estaba pensando -respondió Daniel completamente ido.
- ¿Pensando en que? o ¿en quien?  -dijo Alice entre risas-. Te preguntaba si yo era la primera chica a la que le dejabas el privilegio de llamarte Dan, ¿Dan era, verdad? Aunque, no se ¿nos conocemos de algo? Tu cara me resulta familiar.

Alice hablaba y hablaba mientras Daniel clavada su mirada en ella, le daba igual lo que le dijera, el solo quería que ese momento durase eternamente.

- No lo se, yo es la primera vez que te veo.

Daniel le mintió, le dijo que no la había visto nunca antes. Algo le decía que tenía que hacerlo. Casi no le salían las palabras. Daniel desvió el tema de la conversación.

- ¿Te diriges al centro?
- Si, ¿tu también? -preguntó Alice.
- Si. Tengo mi primera entrevista de trabajo, aquí en New York.  Llegue anoche de California y la verdad que no se como saldrá todo. 

Daniel había acabado de hablar, pero Alice no contestaba. Se giró y vio que ella lo miraba sonriendo.

- ... ¿Pasa algo? ¿Tengo algo en la cara? -preguntó Daniel deseando no tener nada en la cara que le pudiese causar esa sonrisa a Alice.

En realidad, aquella chica siempre estaba sonriendo, y eso a Daniel, directamente, le enamoraba.

- Nada... solo que…

Llego el metro y se subieron rápidamente. Daniel deseaba oír lo que ella pensaba decirle, pero cambio rápido de tema.
- Así que una entrevista eh. Aquí en New York. Vaya tienes suerte, mucha suerte -dijo Alice.
- Pues la verdad que no se como impresionarles, no se ni que decir, ni que hacer, en fin, no se nada. -respondió Daniel con preocupación-. Estoy un poco pez.
- Tranquilo, aquí cuanto mas informal seas, mejor -le animo Alice sonriendo-. Improvisar es lo mejor que puedes hacer.
     
     Cada palabra que decía Alice la hacia mas perfecta, o eso o es que se estaba colocando con el humo de un canuto de marihuana que se fumaba a escondidas un joven con rastas a escasos metros de ellos.

- No te preocupes yo te acompañaré, al fin y al cabo, no tengo que hacer nada hasta la tarde -se ofreció Alice.

A Daniel le dio un vuelco el corazón, pero no pudo evitar preguntarle que hacia despierta a esas horas tan tempranas.
- Me gusta caminar y sentir el ambiente de la ciudad, para despejarme más que nada.
Esa fue la respuesta de Alice, un poco forzada, pero daba igual.
     
     Daniel estaba a punto de pedirle su número de teléfono cuando el tren paro.
- Llegamos -dijo Alice. 

     Daniel espero a que saliese el hombre de la cámara que había visto antes en el andén y después invito a Alice a bajarse del transporte primero, como todo un caballero. El solo quería causarle la mejor impresión.
     
     Al salir de la estación se toparon de frente con el edificio, donde Daniel daría su primera entrevista. Era un edificio tan grande que le hizo sentir como una hormiga.
- ¡A por ellos! -le animo Alice riendo-. Pero antes deja que haga una cosa.
Le rodeo con los brazos y le quito la americana y la corbata, le desabrocho un par de botones y le despeinó.

- Ahora si. Perfecto. ¡Machácales! –continuo Alice.

Su perfume penetro de lleno en el olfato de Daniel, que casi lo hace tambalear.
- ¿Que haces? –preguntó Daniel bastante desconcertado.
- Ya te dije que aquí cuanto mas informal seas, mucho mejor. Tu hazme caso, se de lo que hablo. Sube, demuéstrales de lo que estas hecho y gánatelos. Yo me quedo aquí, esperándote con tus cosas.

Daniel estaba confuso. Esa chica era una caja de sorpresas.
- Estas completamente loca, ¿y si no me aceptan? 
- ¿Confías en mi?
Daniel no contesto.
- Si no te aceptan, entraré allí y montare tal escandalo que saldremos en el ''New York Times''.
Los dos rieron y Alice le dijo un poco más seria:
- Se tu mismo. Es la mejor arma de la que todos disponemos, nunca falla. Eso es lo único que necesitas.

Alice se acercó a Daniel, él estaba temblando, cogió su cuello con una mano, y le susurro al oído:
- Todo saldrá bien, Dan.

Daniel sintió un cosquilleo en la tripa, algo que no había sentido nunca. Sonrió y comenzó a andar hacia el edificio. Alice le había dejado tan nervioso que se dio un tropezón con las escaleras.

     Si, ella estaba loca, pero a Daniel ella le volvía más loco aún. Esa chica era increíble, le hacia sentirse mas colocado que el tío fumata del metro. 
Ella le causaba ese efecto, algo parecido a lo que se mete la peña hoy en día. Se podría decir que se había enganchado a esa chica.


miércoles, 22 de agosto de 2012

Capitulo 3: ''Rencuentro''.

- Daniel...Daniel... ¿qué es lo que quieres de mí?
- Lo quiero todo.
     
     Y entonces, justo en el momento que se acercaba para besarle, paso... El despertador sonó, con un pitido estridente. Daniel se fijo en la hora. Las 06:00h AM, tenía el tiempo justo para llegar a la entrevista de trabajo que tenía programada para hoy.

- ¡¡DAAAAN!! Hora de levantarse. ¿Listo para empezar tu primer día en New York? -dijo Michael desde  la cocina.

     Vaya chasco... despertar justo en el clímax de su sueño le desilusionó,  pero tuvo que levantarse.
Se metió a la ducha y ahí no pudo evitar pensar otra vez en ella y en su sueño. Otra vez la joven rubia del bar. ¿Qué demonios le pasaba con esa chica? Ni que fuera la primera vez que se cruzase con una mujer hermosa. Pero es que ella le había dado un no sé que… que le comía la cabeza. 
¿Se había pillado por ella nada mas verla? No, gracias. Eso solo pasa en los libros de Federico Moccia. 
Pero… ¿La volvería a ver? ¿Dónde vivir...

- ¡Dan! Última vez que te lo repito. ¡Mueve el culo o llegaras tarde! Y como llegues tarde luego no me vengas llorando.
El aviso de Michael asustó tanto a Daniel que casi resbala de la ducha.
- ¡Salgo enseguida! –gritó desde la ducha.
Se seco rápidamente y salió hacía la cocina. 
Michael ya estaba arreglado y se ajustaba la corbata mientras sostenía su cepillo de dientes en su boca, entonces llego Daniel, únicamente con una corbata que le cubría la cintura. Michael lo vio desde su espejo.
- Lo siento Mike. Me entretuve en la ducha.
Michael escupió la espuma de su boca y se enjuagó con agua.
- Tu entrevista es en una hora, así que procura quedar lo mejor que puedas y no llegar ni un minuto tarde, ¿entendido? -le dijo alcanzándole una taza de café-. Yo tengo que irme ya, pero podemos quedar para comer. Bueno, tu llámame cuando termines la entrevista.
- Me estas recordando a mi madre -dijo Daniel entre risas.
- Daniel, tomate esto en serio. No quiero que desaproveches esta oportunidad, puede que no haya otras así.
- Tranquilo Mike, ¿qué puede salir mal? Por cierto, gracias por el traje.
- No ha sido nada. En fin. ¡Buena suerte Dan! -le dijo guiñándole un ojo y colocándose su americana.

Empezó a bajar las escaleras y alcanzó a gritar.
- ¡¡¡Si te contratan, pagas tu la comida!!!
Eso  arrancó una sonrisa a Daniel, pero miró el reloj otra vez, se le hacía tarde. ¿Llegar con retraso a su primera entrevista?... GRACIAS, PERO NO. Había que movilizarse.

     Daniel terminó de arreglarse y bajó rápido hacia la calle. El ruido de una gran ciudad como NY era impresionante. 
Cerró a los ojos, tomo aire y sonrió. Ya con los ojos abiertos paro un taxi y se dispuso a subir.

- A la avenida C...

Y sucedió. Allí estaba ella la chica que le reconcomía tanto la cabeza y no le dejaba dormir. Que ridículo, ni siquiera sabía su nombre y ya soñaba con ella.

- Oiga, ¿esta bien señor? ¿Piensa subir? -preguntó el taxista.
Daniel salió de su mundo y rápidamente cogió 10$ de su bolsillo.
- Lo siento -se disculpo entregándole los 10 pavos.

     Daniel echó a correr hacia la boca del metro y la buscó entre la multitud. Pensó que ya la había perdido, pero no.

     Allí estaba ella...tan rubia tan...ella. Llevaba un abrigo rojo, la verdad que iba tan perfecta que no existían palabras suficientes para describirla.
Entraron al andén y ella se detuvo.
- Voy a hablar con ella, tengo que hablar con ella, debo hablar con ella.
Daniel luchaba consigo mismo,  pero sabia que tenía que actuar de inmediato.
Se acercó despacio, pero volvió hacía atrás. 
Las 24 horas del día pensando en ella, preguntándose donde podría volver a rencontrarse con esa chica que le había marcado tanto, y ahora, cuando la tiene a escasos metros es incapaz de tan siquiera acercarse.

     La tenía a un palmo de distancia. Ahora entendía que un “hola” dirigido hacia alguien que te gusta no es solo una palabra de cuatro letras.
Entonces se decidió y sin que Daniel se diera cuenta la chica ya sonreía.
Daniel miró a ambos lados. En esa fracción de segundo deseo ser el guardia de seguridad que estaba a su derecha o el hombre con esa gran cámara filmadora de su izquierda.
Ya estaba casi rozándola y olía su perfume. 
Cogió aire, y sin pensarlo..
- ¿Piensas coger el metro?
Por dios... Vaya pregunta más estúpida.


domingo, 19 de agosto de 2012

¡Empieza el juego!

"¡Empieza el juego! Quien no haya llegado ya no juega. Se precisan 1000 puntos. El primer clasificado ganará un carro blindado nuevo. ¡Menuda suerte! Cada día leeremos la clasificación por ese altavoz de allí, al último clasificado le colgaremos un cartel que dirá: ''Asno'', aquí en la espalda. Nosotros estamos en el equipo de los súper malos que gritan sin cesar, quien tenga miedo pierde puntos. En tres casos se pierden todos los puntos: los pierden, uno, los que empiezan a llorar, dos, los que quieren ver a su mamá, tres, los que tienen hambre y piden la merienda. ¡Nada de eso! Es muy fácil perder puntos, porque hay hambre. Yo mismo ayer perdí 40 puntos porque no pude aguantar y pedí un panecillo de mermelada. De albaricoque. Y el de fresa. Y nada de chucherías porque nosotros nos os vamos a dar, nos las comemos todas nosotros. Yo ayer me comí 20. Me duele la barriga. Pero estaban buenas. Os lo aseguro. Perdonad que me vaya enseguida pero estamos jugando al escondite y sino me tocara parar''.

La vida es bella.

martes, 14 de agosto de 2012

Capitulo 2: ''Dulce hogar, dulce recuerdo''.

     Daniel, ya cansado y desilusionado por haber perdido de vista a la joven chica, le dijo a Michael:
- En fin... Ya basta de tanta charla, ¿en que lugar de este desierto se encuentra nuestra mansión?
- No te pierdes mucho. 70 metros cuadrados, cuatro gatos y poco más –bromeó Michael.
- Pues menos es nada.
- ¿Así que te conformas con poco? Creo que vas a tener que aprender mucho de mí –contestó Michael ya fuera del bar. 



Los dos cogieron un taxi y cruzaron las calles de Manhattan hasta el misterioso apartamento donde iban a formar nuevas vidas.

- Este es nuestro apartamento -expuso Michael abriendo la puerta de la vivienda.
     
     El apartamento contaba con 6 habitaciones y era bastante confortable. Las paredes eran blancas, excepto la que daba al exterior, que resulto ser un ventanal enorme del salón-comedor, la habitación más grande. Allí se podía apreciar toda la ciudad. Estaba adornado con una gran mesa de roble y sillas rústicas perfectamente talladas. El fondo de esa pared era de color morado oscuro, a juego con el respaldo de las sillas y las flores posadas encima de la mesa. En ella colgaba un cuadro donde se apreciaba un escrito en fondo blanco y en letras aparentemente árabes. Daniel tampoco sintió curiosidad y no pregunto su significado. 
Paso a la zona del salón donde destacaba una gran televisión de plasma de 50 pulgadas que colgaba de la pared. A su lado se encontraba una pequeña estantería con libros y revistas y encima de el un equipo de música de ultima generación. También destacaba un sillón en forma de L de color blanco y cojines morados. Entre la tele y el sillón se situaba una imponente mesita de cristal y a la derecha de todo estaba ese gran ventanal con persianas automáticas también de color morado. 

     Daniel estaba muy sorprendido y rápidamente siguió explorando el resto del apartamento. La cocina le dejo más sorprendido aún. Una gran encimera rectangular de mármol se situaba en el centro de la cocina con bancos altos alrededor. En frente de ello se situaba el lavabo con un alargador para aclarar los platos. Debajo, un armario pequeño donde se guardaba el material de limpieza de la casa. No debían de preocuparse del armario porque ya contaban con una muchacha que se encargaba de la limpieza. Al lado del fregadero se encontraba la vitrocerámica que no se había estrenado y era de un negro tan brillante que Daniel se reflejo en ella. Encima de la vitrocerámica estaba situada una gran campana extractora de humo y debajo se encontraba el lavavajillas, recién comprado. A Daniel lo que mas le gusto de la cocina fue la gran nevera que tenia una puerta de cristal en el que podía observarse la diversidad de alimentos perfectamente colocados. Debajo se encontraba el congelador, además la nevera contaba con una hielera donde solo bastaba apretar un botón para que saliese el hielo troceado directamente a cualquier recipiente que quieras. Daniel vio en el fondo una puerta con rendijas donde se situaba la despensa y otra habitación a la que no entro, pero donde se encontraban la lavadora y la secadora. 
     
     Daniel tenía ganas de ver su habitación. Pasaron por el largo pasillo, adornado con  fotos  enmarcadas de diferentes ciudades del mundo, hasta que vio dos puertas. Michael le indico cual era su habitación y se despidió de el hasta mañana.  
Daniel entró y no pudo evitar sonreír. Una gran cama con almohada y colcha de plumas ocupaba un gran espacio en la habitación. Frente a la cama una televisión de plasma, más pequeña que la otra, colgaba de la pared. El armario empotrado era demasiado grande para lo que el había llevado. Daniel hecho un vistazo dentro de el y encontró un caro y elegante traje de Dolce en su funda con una nota que rezaba: "Me permití comprártelo para tu entrevista para que luzcas tipazo. Michael" Daniel se sintió un poco mal porque pensaba que Michael ya se había tomado demasiadas molestias con el, pero en fin… Los amigos así, siempre están dispuestos a eso y más. 

     Daniel se asomo por la puerta del 
baño y soltó un "¡¡WOW!!" silencioso. Una bañera-jacuzzi y una espectacular ducha de hidromasaje reinaban imponentes, además la habitación contaba con un regulador de luz para esos momentos de relax en el baño. Un puntazo. Daniel cerró la puerta del baño y se dirigió a la terraza, pero antes de eso cogió de su mochila su paquete de tabaco y un encendedor. Empujó la puerta corredera hacia un lado y el aire templado le acaricio la cara. 


     Nuevamente tenia NY a sus pies
Era fascinante ver la ciudad por la noche, un espectáculo luminoso inigualable, 
lo que le hizo pensar porque Michael habría elegido la otra habitación. Daniel sería el primero  en ver al sol 
salir y el primero en escuchar los ruidos de la ciudad, pero eso no le importaba en absoluto, es mas se sentía encantado así que cogió el cigarro y lo encendió echando el humo para arriba. Al hacerlo observo el cielo y vio que las estrellas no existían en NY, era la única pega para esa gran ciudad. 



     Siguió apurando el cigarro y mientras expulsaba el humo se acordó de ella...si, de la rubia del bar. 
¿Qué estaría haciendo en este momento? ¿Estaría observando la ciudad como el? ¿Estaría pensando en el como Daniel en ella?... Quien sabe, pero Daniel tuvo el presentimiento de que algún día llegara a saber todo lo que hace. 

     Al fin y al cabo esto es NYC y como dijo Michael, las oportunidades vienen solas.




Por @AlexSoller8 y @aran_f96.

lunes, 13 de agosto de 2012

Capitulo 1: ''Bienvenidas y sensaciones nuevas''.

- Señor, disculpe, debe abrocharse el cinturón estamos a punto de aterrizar, gracias -Daniel despertó con un pequeño sobresalto.


Se abrochó el cinturón, se frotó la
cara y miró por la ventana. 

El Empire State lideraba los grandes rascacielos de la ciudad. Lo reconoció todo, incluso logró ubicar el emplazamiento donde se situaban las torres gemelas antes de ese fatídico 11/S. 

     Todo NY a sus pies. Comenzaba una nueva etapa para el.

     Suspiró, y mientras lo hacía el avión empezó a descender, pero no llevaba mucha cosa así que no tardó en salir de la cinta de equipajes. Se dirigió junto un gran grupo de personas a la salida. 
Mientras andaba encendió su móvil y le dejo un mensaje a su hermano.
Al levantar la mirada del aparato vio que las demás personas se rencontraban con sus familias y conocidos, pero el no veía a Michael por ningún lado.
De pronto, alguien le arrebató el móvil de las manos. Daniel levantó la vista rápidamente alterado y vio a Michael frente a el sonriendo y con su Sony Xperia en sus manos.

     Michael era un joven de 1,86 m. pelo corto rubio y ojos azules. Al contrario que Daniel, que era de pelo negro, ojos marrones y 1,88 m. Los dos gozaban de buen físico y sobretodo de una gran amistad.

- ¡Veo que sigues siendo el mismo empanado de siempre! -exclamó Michael.
Daniel le arrebato el móvil otra vez, sonrió y se abrazaron.
- Y tu sigues siendo el mismo capuyo de siempre -bromeó Daniel.
- Bienvenido a tu nueva casa hermano -le dijo Michael-. Ven, vayamos a tomar algo.
Cogió la maleta de Daniel y fue a pedir un taxi.
- ¿Qué tal están todos? -preguntó Michael ya dentro del taxi.
- Demasiado desorden. Mi madre no puede con todo y mas aún desde que mi viejo murió. Mi hermano la ayuda en todo lo que puede y mi hermana...ya sabes, sigue con su rebeldía particular.
- En fin. Ya estas aquí. Pasa página y disfruta.
- ¿Y tu? ¿Qué tal por la gran manzana? ¿Estas a la altura?
- La verdad que esto es un puto cielo. Aquí encuentras todo lo que puedas llegar a desear.
- ¡¿A si?! -preguntó Daniel con ironía.
- Si, es una pasada. Ya lo comprobaras por ti mismo.
- Ya. Espero que hayas encontrado los 20 pavos que me debes -los dos rieron.

- Bueno hemos llegado.
Michael se bajo y Daniel pago al taxista.
- Ahora ya son 40 pavos...
Michael sonrió y le dijo entre risas:
- Vamos anímate yo invito a las cervezas -cogió la maleta de Daniel y entraron a un bar-. Vayamos a esa mesa así podrás apreciar las vistas y sobre todo a las mujeres que desfilan por aquí.


Se sentaron y Michael levantó la mano.
- ¡¡FRED!! 2 birras hermano. Gracias.

En ese momento a Daniel le vinieron muchas cosas a la cabeza que le hicieron ponerse serio, algo que Michael noto. 

Pero esa seriedad se rompió con la llegada de Fred y un par de cervezas Heineken bien frías. 
Michael dio un trago y Daniel lo imitó.
- Bueno...ya estas aquí amigo mio, pero no te contengas...despliega toda tu alegría -dijo Michael. 
Daniel sonrió tomándose bien la ironía de su amigo y  sonriendo levemente pero con tono de preocupación le dijo:
- No se si he tomado la mejor decisión. No se que dirección tomar.
Puso las manos sobre la botella y resopló.
- Dan, colega mira a tu alrededor... ¡ESTAS EN NY! Las oportunidades vienen solas.

     Entonces se abrió la puerta del bar. La campanilla sonó y de la calle entro una chica rubia de 1,70 m. de estatura. Daniel la miró y ella a el durante unos largos segundos.
Al verla, Daniel sintió algo desconocido para el, pero hizo que levantara su botella y se dirigiese a Michael diciendo: 
- ¡Brindo por ello!
Los amigos brindaron y bebieron riendo.
Daniel buscó disimuladamente otra vez la mirada de la chica pero ella clavaba la mirada en una revista.
Dan parecía estar llamando mentalmente a esa chica cuando Michael le sacó de sus pensamientos. 
- Por cierto. Un colega mío da una fiesta en su apartamento el sábado por la noche. Les he hablado de ti y quieren conocerte. Te servirá para irte abriendo espacio por aquí. 
Daniel lo miró y le contestó:
- No se Mike... 
- Venga, te lo pasaras bien.
- De acuerdo, pero espero que acepten lo nuestro -bromeó Daniel. Cosa que le hizo gracia a los dos y empezaron a reírse.
Michael lo golpeó, lo que le hizo acordarse de la chica nuevamente. 

     La buscó con la mirada, pero ya no estaba…
...lástima.