martes, 25 de septiembre de 2012

Sentir que no aguantas más, pero aún así sigues intentando mantener el control, mantener la sonrisa, mantener los problemas escondidos por qué todos dirán que no son nada.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Capitulo 5: ''Pensamientos''.


- Estamos hablando de 240.000$ al año, con posibilidad de mejora de contrato y Alice... Alice, Alice así que Alice y creemos que Alice es la mejor opción.
- Desde luego que es la mejor opción.
     
    En esos momentos lo único que existía para Daniel en su vocabulario era el nombre de Alice.
- ¿Disculpe?
- Si, si, perdón, es que todavía estoy un poco nervioso.
     
      Daniel sobresaltado, se dio cuenta de que casi echaba a perder su única oportunidad por pensar en ella, esa chica se metía constantemente en su cabeza, eran sus únicos pensamientos.

- Su amigo Michael me ha hablado mucho de usted…
- No le haga caso a ese sinvergüenza –bromeo Daniel interrumpiendo.
- Disculpe caballero, pero en este trabajo exigimos la máxima seriedad.
- Perdóname digo, perdón. No me lo tenga en cuenta, es mi primera entrevista en NY y todavía no puedo creer que me estés, perdón, este dando esta oportunidad –se disculpó Daniel.
- Lo que le estaba diciendo era que su amigo Michael me ha hablado muy bien de usted, y tratándose de su amigo, se que si lo hace es por algo.
-  Sería todo un honor para mí poder trabajar con usted. 
- ¿No tiene experiencia en este tipo de trabajo, verdad? ¿Cree usted que esta capacitado para asumir este riesgo?
- No, no he tenido la suerte, hasta ahora. Pero que mejor que empezar desde esta empresa. Aprendo rápido y en cuanto a riesgo, me gustan los retos.
- Mmm… me gusta, me gusta.

Daniel cruzaba los dedos, el que podría ser su futuro jefe parecía estar pensativo, y entonces…

- No se hable más, el trabajo es suyo.
     Daniel no podía creérselo, solo llevaba un día en New York y ya tenía trabajo en una de las mejores y más conocidas empresas de la ciudad.

- Solo me queda darle las gracias por esta oportunidad. No sabe lo agradecido que estoy.
- Hay muchos jóvenes como tu, igual o mejor cualificados, dispuestos a matar por su trabajo. Considérelo un desafío.
- No se arrepentirá.
- Eso espero hijo. He puesto toda mi confianza en usted.

Daniel no sabía si sonreír o no hacerlo, pero mantuvo la compostura.

     Salio del despacho feliz y satisfecho y todavía quedaba lo mejor... verla otra vez.
     
     Dime con quien andas y te diré quien eres. Créeme que si me conocieras ni te lo imaginarias.
     
     Daniel salió del edificio y vio a Alice hablando por el móvil.
- Si, tú intenta coger el mejor plano ¿ok? Ahora te tengo que dejar, ya hablamos –Alice colgó rápidamente el teléfono.

Se dirigió rápidamente hacia Daniel y esbozo una sonrisa, de esas que te dejan sin respiración.
- Eyy, ¡¡¿que tal a ido??!! –preguntó Alice.
- ¿He interrumpido algo?
- No, tranquilo, era solo una amiga, ya sabes, por cualquier tontería te llaman –contesto Alice algo nerviosa.
- Chicas…
- Pero nada más importante que saber como le ha ido a mi chico.
- Bueno, esta claro que no iban a perder la oportunidad de tenerme en su empresa. Han visto mi talento desde lejos y la verdad que...

Daniel se vio interrumpido al ver que su nuevo jefe salía del edificio.
- No me falles hijo, no me falles - le dijo con una sonrisa.
- No señor, por supuesto que no le fallare –contestó Daniel con tono serio.
Entonces su jefe le guiño un ojo y se monto en su Audi A8 de alta gama.

     Daniel se imagino en ese mismo coche, incluso se imagino siendo el jefe. Trabajar en esa empresa era todo un orgullo para el.

- Pelota –dijo Alice entre risas.
- Eee... tiene que haber siempre una relación de respeto entre jefe y trabajador -contestó Daniel.
- Bueno, pues, ¡felicidades supertalentoso! Esta claro que no podían dejarte escapar -le dijo Alice en tono irónico, pero con una sonrisa en la boca.
Los  dos rieron, había una tensión entre ellos.
- Ya, ya, ya… bueno, tú tendrás cosas que hacer, ¿no? No te entretengo más.
- Todo lo contrario. Tengo todo el tiempo del mundo para ti.
- Ya te has tomado muchas molestias conmigo, no hace falta, de verás.
- No seas cabezota –contestó Alice.- Vayamos a tomar algo ¿te apetece? -le dijo Alice tirándole la americana a la cara.

¿A tomar algo? Ahora mismo se iría al fin del mundo con ella.

- Claro que me apetece.
- Y así nos conocemos un poco más, ¿no crees?
- Si me sigues mirando así y sonriéndome de esa manera vas a acabar conmigo.
- ¿Qué tal así? –dijo Alice mirando a Daniel fijamente.
- Lo que yo decía. 

     Alice iba a pedir un taxi cuando Daniel la interrumpió y dijo:
- Perdona, siempre he querido hacer esto… ¡¡¡TAAAAAAAXI!!!

miércoles, 5 de septiembre de 2012

— ¿Ya murió? ¿Y de qué?
— No supe de qué. Tal vez de tristeza. Suspiraba mucho. 
— Eso es malo. Cada suspiro es como un sorbo de vida del que uno se deshace.

domingo, 2 de septiembre de 2012

- ¿Eres perfecto? + No, soy humano.

HABLAMOS para comunicarnos, desahogarnos o simplemente hacer felices a los demás. REÍMOS porque algo nos hace gracia, por aguantar la situación, por no quedar mal y quizás incluso por no llorar. SOÑAMOS lo inalcanzable o quizás lo más sencillo, porque todos queremos un futuro hecho a nuestra medida, a veces todo va bien, otras no podemos conseguir lo deseado, y en las peores veces nos equivocamos de sueño y al rectificar jodemos a los que nos rodean, también compartimos sueños y a veces se rompen. EXISTIMOS porque alguien lo quiso así y debemos seguir nuestro camino y no dejar que nadie nos impida vivir. LLORAMOS por decepciones, por desilusiones, por errores nuestros y de los demás, lloramos porque algo fue demasiado fuerte y no pudimos aguantar el dolor, lloramos por incredulidad, por recuerdos, malos, buenos, perfectos, por cosas que sabes que no se van a repetir, o que si se repiten, nunca serán iguales, pero la manera más bonita y la menos común por la que lloramos es por felicidad. Además SOMOS IDIOTAS, cometemos errores, apartamos a quien no conocemos, odiamos a quien no nos convendría odiar, queremos a quien más daño nos hace, pasamos de quien más nos quiere y confiamos ciegamente en quien queremos. 
Y es que así somos, seres humanos, cada uno diferente, pero en el fondo todos muy iguales, aparentemente sencillos, pero realmente muy complejos.